
Canto popular que narra la vida de las cantinas, los prostíbulos y las pillerías del roto chileno, que se populariza de la mano de Roberto Parra e invita a zapatear una cueca más caliente y movida, donde la seducción en la pareja es la clave.
Matones de puerto, mujeres de vida fácil y hasta “rotos” de la bohemia capitalina son algunos de los personajes que se toman las temáticas de las cuecas choras, y que la diferencian de los tradicionales versos acompasados de nuestro baile nacional que habla de amores cándidos y vida de campo.
Temáticas sociales, de la vida nocturna y fiestas regadas de alcohol que nace en los poblados construidos a la orilla del río Mapocho a los que se conocía como La Chimba, y que fueron prohibidas por la Iglesia en 1829 por promover los placeres de carne.
Baile seductor
Una cueca caliente, de rimas rápidas y picaronas, que se baila bien pegado y no imita el cortejo entre un gallo y una gallina, sino una expresión libre con parejas con look urbano.
Hombres con pañuelo al cuello y terno bien cuidado, y señoritas con tacón alto y vestido corto que incita al coqueteo descarado y cadencia seductora.
En la actualidad le sacan brillo a las cuecas que narran historias de cárceles, locales de “mala muerte” y conventillos, que enardecen la sangre criolla y hacen bailar una patita de cueca hasta al más “gato de yeso”.